martes, 8 de enero de 2008

Lecturas: Una cuestión personal

Una cosa buena que tienen los premios Nobel es que cada tanto aparece una colección de libros "de kiosco" con el Nobel como eje, y de esa manera aparecen en ediciones baratas autores no habituales en las librerías de saldo. No es el caso del premio 2007 Doris Lessing, cuyas ediciones argentinas son tantas como pocos los ejemplares vendidos, y suele conseguirse a 3 pesos; pero sí el del japonés Kenzaburo Oé, que hasta ahora venía apareciendo sólo en Anagrama, lo que garantiza un piso de 25-30 pesos.

No encontré en la web una foto de la edición que tengo, la tapa es verdosa y dice "Premios Nobel", son cosidos y de tapa dura aunque el diseño es bastante moderno. Probé, entonces, con esta novela de 1964 para tantearlo a Oé y me llevo una muy buena impresión inicial; vale la pena.

La historia se centra en Bird, un universitario cercano a los 30 años que siente que su vida apacible y establecida es una trampa. Su mujer está por dar a luz, y Bird sabe que ése es un acontecimiento definitorio, la postergación absoluta de sus sueños y su ego. Derrapa. En el fondo, su orgullo le recrimina porque piensa que su familia política nunca tuvo fe en él. Cuando se entera de que encima el bebé tiene una deformación, busca refugio en lo de una amiga mientras decide los pasos a seguir.

Claro, como la decisión es difícil el derrape se estira durante días, durante los cuales transcurre el libro. Oé no esconde nada: desde el principio instala el pensamiento "si ese bebé no estuviera, yo podría..." En la mente de Bird, "viajar a Africa", pero está claro que el sueño en sí es aleatorio, lo que importa es la posibilidad. De esa manera, una sensación ominosa, pero a la vez nada extraordinaria, se desprende de la peripecia y empapa las páginas. Los continuos soliloquios de Bird tienen algo de existencialistas -el pensamiento en boga en la época- pero el libro ha envejecido muy bien gracias al anclaje cotidiano de los hechos que narra.

El libro engancha y se lee en pocos días. Lo que no es poco, sobre todo considerando que en la contratapa hay un elogio de Ernesto Sábato. Habrá que chusmear otras colecciones Nobel para dar con más Oé.